Rubén Darío: El transgresor de una época literaria.
La rebeldía es uno de los grandes temas universales presentes en todas las expresiones artísticas, sin faltar por supuesto en la literatura. Desde mi punto de vista, ella es la detonante de la novedad, ya que, ningún hallazgo literario ha surgido sin antes haberse sublevado ante la rigidez de tradición. ¿Qué sentido tiene seguir los mismos cánones artísticos? Cuando podès desarrollar tu propio estilo, en efecto he aquí el primer rasgo de rebeldía, como dijo Lucas Lewey ‘’es la rebeldía la que dispara la creatividad’’, dicho de otra forma, la irreverencia como semilla de la genialidad, atributo que caracterizó a Darío y formó durante su trayectoria poética.
El tema de la desacralización de la religión en la poesía ha sido un tema recurrente para la crítica literaria, ya lo han trabajado distintos autores, por ejemplo, Cardenal lo plasmó en su libro ‘’Salmos’’ sus poemas desacralizan los salmos bíblicos para contextualizarlos a la realidad social del mundo, en él extiende sus plegarias en contra de la tiranía, de igual modo Darío lo integró a su poesía, aunque él fue uno de los primeros en desarrollarlos, esto refleja su visión eclecticista como una revelación iconoclasta de comprender el mundo lo condujo a concebir una lirica simbiótica entre lo sacro y lo profano, el objetivo principal del siguiente escrito es analizar estos elementos contrarios como evidencia del eclecticismo en la lírica dariana.
En primer lugar, la poesía dariana está impregnada de una vasta representación de símbolos sacros y profanos, pero es en su primer libro donde se gestaron estas ideas, donde se concibió el germen artístico, así afirma Terán (2001) ‘’En Azul están ya los embriones que luego desarrollaría plenamente en Prosas Profanas’’ (p.21). En otras palabras, Azul… como preludio de una visión iconoclasta que desarrollaría posteriormente. Con relación a lo anterior, Darío (1916) confirmó en que en su obra ‘’hay un ansia de vida, un estremecimiento sensual, un relente pagano’’ (pag.6). Asimismo, Darío afirmó que la influencia de Catulle Mendés, poeta simbolista francés, fue vital para su producción literaria principalmente la lírico-erótica, ‘’fue para mí una revelación, me aportó una inédita y deslumbrante concepción del estilo’’ (1916). De igual manera, su dedicación a la lectura desde una edad precoz ,’’en un viejo armario encontré los primeros libros que leyera, era un Quijote, Las mil y una noche, Los oficios de Cicerón, un tomo de comedias clásicas españolas’’ (Darío, 1913, p. 5 ) lo convirtieron en un bibliófilo, estos primeros acercamientos con la literatura clásica sin duda lo impactaron profundamente, estos acontecimientos desarrollaron una constante curiosidad en él, un ansia infinita de saber, además la experiencia de haber trabajado en la Biblioteca Nacional fueron factores determinantes que le ayudaron a nutrirse poéticamente, al mismo tiempo modernizarse en la nueva literatura le permitió conocer los movimientos literarios en auge del momento, por ejemplo, el parnasianismo, el simbolismo, tuvieron una gran trascendencia como inspiración en su literatura.
Por otro lado, se puede evidenciar la visión eclecticista a través de su poesía, primeramente, en el libro Azul… y otros poemas, en el poema ‘’Primaveral’’, en el quinto verso, el yo lírico invita a la amada a disfrutar del amor carnal ‘’Amada, ven. El gran bosque es nuestro templo; allí ondea y flota un santo perfume de amor’’. Darío (1888, p.109) Se puede evidenciar a través de las isotopías que las reiteraciones son de términos sagrados, por ejemplo: templo y santo. Mediante el uso de la metáfora <Es el tiempo de la primavera> el yo lírico le recalca al apóstrofe lírico que ahora es tiempo de consumar el amor, a lo largo del poema se presentan imágenes sugerentes como ‘’Allá hay una clara fuente que brota de una caverna, donde se bañan desnudas las blancas ninfas que juegan’’, es claro el constante sensualismo que inunda el poema, pero es hasta la estrofa final que Darío vuelve a mezclar elementos sagrados, en este caso utiliza la imagen de Diana, diosa pagana del mundo grecolatino, símbolo de la virginidad desde la cosmovisión romana, así lo afirma Cabrera, Diana es la representación de la castidad, en unos de los mitos se nos relata que desde pequeña le pidió a su padre Zeus, dios del olimpo, nunca casarse y a lo largo de su vida cuidó celosamente su pureza. El hecho de incorporar elementos virtuosos, Diana en este caso, en una poesía sensualista demuestra una visión iconoclasta. A la misma vez, Darío en este poema también refleja una percepción hedonista de la vida. Esta premisa confirma que la literatura clásica latina lo influenció en su propia poesía, dicho de otro modo, Darío realizó una alquimia entre el hedonismo pagano con la sensualidad de la lírica moderna. Esto le atribuye una actitud irreverente al sacralizar el erotismo.
Por otra parte, según Barbé (s, f) ser un iconoclasta ‘’implicaba la destrucción de los iconos religiosos’’ (p.66). En este caso, Darío refleja la rebeldía en su máxima expresión a través de sus escritos, esto en particular, se ve reflejado de una manera más atrevida en Prosas profanas, obra con la que nuestro autor alcanza su madurez poética y revolucionaria. Ya desde el título del libro Darío nos remite a una simbiosis de elementos ambivalentes que provocaron la incomodidad de los poetas tradicionalistas y escandalizó a una sociedad que aún se resistía a los aires de modernidad que soplaban desde Europa.
Con relación a lo anterior, uno de los poemas que se caracteriza por esta visión es ‘’El amor no admite cuerdas reflexiones’’, desde el principio el yo lírico evoca a la amada de manera respetuosa al llamarla <Señora>, utiliza un vocativo que nos recuerda la forma respetuosa con la que los poetas provenzales y cortesanos se dirigían a la mujer, al igual que aquellos también sublima a la amada al compararla con ungüento, pomada medicinal que sirve para sanar dolencias, ella representa su salvación, luego vuelve a exaltarla comparando sus besos con la miel, y aquí vemos el primer rasgos de irreverencia de Darío al utilizar una cita bíblica para fines eróticos: Mel et lac sub lingua tua (Darío, 1896, p.80) “miel y leche hay debajo de tu lengua”, de esta forma Darío erotiza el versículo religioso al descontextualizarlo de lo religioso.
Otro de los poemas que siguen con esta tendencia es, ‘’Ite, missa est’', frase latina que significa <Idos, la misa ha terminado> se suele utilizar cuando un servicio religioso-católico termina, o sea es una frase de clausura usada por el sacerdote. Los componentes sacros los encontramos en el plano semántico religioso como: virgen, espíritu, hostia, profetisa, altar. En este caso, al igual que el anterior el yo lírico canoniza a la amada y a la vez desacraliza la liturgia, así lo demuestra el siguiente verso ‘’su espíritu es la hostia de mi amorosa misa’’ (Darío, 1896. p.35). Si para el creyente la hostia es la comunión con Dios, para el yo lírico es la unión con el cuerpo de la amada. Todo el poema nos revela el idilio entre la amada y el yo lírico mediante imágenes eróticas ‘’y he de besarla un día con rojo beso ardiente’’, como símbolo de la pasión, ‘’apagaré la llama de la vestal intacta’’ como referencia a castidad de la joven. Lo que a simple vista pareciera una oda para un servicio religioso es más bien un acto carnal y erótico. Desde el título del poema hasta su contenido Darío ironiza y juega con la ambigüedad de las palabras, de esta forma provoca y causa conmoción en los lectores de la época que, presumimos, mostraron una actitud de atracción y rechazo por este poeta que se atrevía a deconstruir no solo la tradición literaria de su tiempo, sino también la forma en la que se pensaba y se leía.
En conclusión, la dicotomía entre lo sacro y lo pagano en la poesía de Darío es el resultado de una visión iconoclasta, el no apegarse a los valores de su época lo define como un poeta blasfemo y transgresor de los cánones de la literatura tradicional. Eclecticista y rebelde, inconforme y revolucionario, esta actitud de plena libertad creadora lleva a Darío a transformar la literatura en lengua española y a convertirse en el principal representante del Modernismo.
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